Una apretada síntesis dirá que fue la primera gran estrella popular del colectivo trans en la Argentina, pero lo cierto es que significó mucho más que eso. Su aceptación en las principales esferas sociales, sea en “Almorzando con Mirtha Legrand” o encabezando una revista porteña, implicó un espacio de visibilización único y jamás antes alcanzado por una comunidad LGTBI+ que todavía sufría embates y persecuciones, en tiempos en que los edictos policiales contra el travestismo seguían vigentes.
“Cris Miró (ella)” es la biopic de una artista que asume el desafío de contar la bree vida de un ícono cultural y emblema de una colectividad, que dejó una marca identitaria indeleble. Hasta su irrupción, las disidencias eran aceptadas y circulaban sin zozobras en sectores de la cultura, del arte y de la intelectualidad (e incluso de la alta sociedad que las admitía con mirada curiosa), pero nunca antes habían llegado a la masividad que logró la artista en muy pocos años.
El primer capítulo de la producción original se estrenará hoy a las 22 en la pantalla de TNT y todos los domingos se presentará uno nuevo, hasta completar los ocho episodios de la serie, de 30 minutos cada uno (con repetición los martes a las 22 y los viernes a las 23). Mañana se la subirá completa a la plataforma Flow. El lanzamiento coincide con distintas propuestas relacionadas con el Mes del Orgullo, qeu concluye el viernes con el Día Internacional.
El misterio sobre la muerte inesperada de Cris Miró, la primera mujer trans que triunfó como vedetteLa apuesta es recorrer la breve existencia y la intensa trayectoria de Cris Miró, la primera mujer trans en el mundo del espectáculo argentino, famosa vedette que llegó a la marquesina del Teatro Maipo en Buenos Aires en 1995 (fue elegida la Vedette del Año). “Sensual y ambiciosa, vio la oportunidad de presentarse al mundo como realmente se sentía. Dejó atrás su vida y un género que no la representaba, y construyó su identidad como una mujer magnética que logró, al calor de la fama, visibilidad y aceptación en la sociedad argentina. Sin embargo, un diagnóstico de HIV positivo sacudió sus planes y la llevó a maquillar su agonía para morir tan bella como vivió. Significó una revolución y sigue siendo un emblema con una historia de gran relevancia como figura referente del colectivo LGBTQ+ y pionera de una lucha que sigue vigente en la actualidad”, se anticipa en los adelantos.
Lo cierto es que la artista tuvo una fulgurante pero corta presencia (menos de una década); su tiempo bastó para abrir caminos con frutos que se vieron muchos años más tarde y empezar a romper los estereotipos, con una presencia fuerte y firme, una cabellera oscura que realzaba su rostro y un cuerpo esculpido y trabajado al detalle para realzar lo femenino. A cada humorada subida de tono o a cada pregunta cargada de prejuicio le respondía con una sonrisa, una mirada cómplice y una contestación lapidaria y provocadora, para dejar en claro que no se achicaba ante nada.
Empoderada y decidida, avasallaba en cada aparición mediática. “Cuando era más chica, como en la adolescencia, tenía en mente operarme. Después fui conociendo un poco más de mí y de las posibilidades que da la vida y ahora estoy bien con mi cuerpo, con mis amigos y con mi familia. No tengo esa idea. Lo importante es ser felices con las distintas posibilidades que nos da la vida. No tener cosas negadas y disfrutar de todo”, sostenía.
Sus inicios
Nació en 1965 con el nombre de Gerardo Elías Virgues, pero ya en la adolescencia asumió su transexualidad, a la cual se refería con absoluta naturalidad, algo poco habitual hace décadas y que desorientaba a sus entrevistadores que no sabían cómo abordar los temas de identidad de género.
“A pesar de que nací con un determinado sexo que hace que tenga documentos con nombre y género de hombre, lo más importante es lo que yo siento. Yo soy una sola persona, y eso es lo que a mí me importa. Eso de los opuestos lo ven los demás, yo lo vivo de una sola manera”, afirmaba.
Al terminar la secundaria, Miró comenzó a estudiar odontología en la Universidad de Buenos Aires, y en paralelo, ingresó a la academia de baile de Julio Bocca (luego se formó también con Maximiliano Guerra) y de actuación de Alejandra Boero. A mediados de los 90 la descubrió el representante Juanito Belmonte y comenzó en el teatro (tanto en obras serias como en comedias picarescas pasatistas de Gerardo Sofovich) e hizo cine (estuvo en los elencos de “Dios los cría”, de Fernando Ayala y de “La peste”, de Luis Puenzo), pero la fama le llegó como vedette, con puertas abiertas en la televisión. En el pico de su reconocimiento social, falleció de manera inesperada a los 33 años el 1 de junio de 1999, oficialmente debido a un linfoma detectado mientras hacía temporada en la Costa Atlántica; luego se supo la verdad.
Si bien en sus inicios fue resistida dentro de su propio sector social (se la criticaba por recibir una atención benevolente, mientras que al resto se los ignoraba o perseguía), su figura fue valorada posteriormente, al punto que su retrato integró la exposición “Íconos argentinos”, de Gianni Mestichelli.
Un país de machos
La realización de TNT está basada en el libro “Hembra. Cris Miró - Vivir y morir en un país de machos”, escrito por Carlos Sanzol (publicado por la editorial Milena Caserola en 2016) y el guión fue firmado por Martín Vatenberg y Lucas Bianchini. Producida por Nativa y EO Media y dirigida por Martín Vatenberg en colaboración con Javier Van de Couter, está protagonizada por Mina Serrano y contará con las actuaciones estelares de Katja Alemann (interpreta a su madre Hilda), César Bordón, Agustín Soy Rada Aristarán, Vico D’Alessandro, Marcos Montes, Toto Rovito, Manu Fanego, Martín “Campi” Campilongo, Carolina Kopelioff, Alejandro Tantanian y Adabel Guerrero, entre otros (varios miembros del elenco la conocieron y compartieron noches con ella hace 30 años).
El despliegue que se anuncia para la pantalla apunta a recrear la estética, la coyuntura política y social y el show business de la época en que brilló Cris. “La serie abordará el proceso de construcción de identidad de un ícono pop que logró darle visibilidad a un colectivo que no encontraba otro destino más allá de la noche”, anticipan desde TNT.
En la presentación de la serie, se exhibieron los vestuarios originales que Miró utilizó en sus actuaciones y se realizó una performance de baile que culminó con la aparición de la protagonista, quien es una actriz y vedette española nacida en Granda, que comenzó a los 17 años comenzó a estudiar la carrera de Arte Dramático en la Resad en Madrid. “La figura de Cris apela a la empatía y la libertad que todos llevamos dentro”, afirmó la actriz ibérica.
Hasta esta serie, Serrano -de notable parecido al personaje que interpreta y que realizó un trabajo vocal para dejar su acento castizo de lado- estuvo más vinculada a una carrera como performer con estilo propio y en colaboraciones con destacados artistas europeos, siempre relacionada con un mensaje de respeto, diversidad y empoderamiento del colectivo LGTBI+.
“Vivimos un momento en el que las minorías están siendo discriminadas nuevamente, y lo que sucedió en el pasado enfrenta una especie de reacciónSentimos que no había mejor momento para contar esta historia. La figura de Cris resuena con el deseo de los jóvenes de convertirse en quienes realmente quieren ser”, resaltó Eze Olzanski (dueño de EO Media) acerca del momento del estreno de la producción.